sábado, 30 de octubre de 2010

Segunda Entrevista al sociólogo Leoncio Díaz Naranjo

"UN ECOLOGISTA ES UN PADRE ABUSADOR, VIOLENTO Y ALCOHÓLICO"


¿Cómo le va Maestro? Disculpe que interrumpa su almuerzo...

Pero para nada. Es más, servite un plato de tomates verdes fritos ¿Te molesta si fumo?


Dele sin culpa. Leoncio, hoy acudo a usted por un tema que no me deja dormir... Los ecologistas... ¿Cómo explica usted, que estudió tanto, que exista esta clase de personas?

Puf, son una plaga. Mirá, este grupo maldito surge en el '78 y lo crea el General Jorge Rafael Videla en el más absoluto secreto. Esta secta aparentemente desvinculada de la política le sirvió al General como una cortina de smog para tapar ciertas licencias ejecutivas. Nadie se preocupaba por los desaparecidos entre tantas manifestaciones callejeras que clamaban por la salvación del tatú carreta.


Qué bueno que nombra a las manifestaciones ecologistas... ¿Es cierto que dañan al planeta un 33% más que una manifestación ordinaria? ¿Me pasa el Ades de ananá?

Tomá. Los ecologistas para manifestarse necesitan mucho más papel que el obrero que clama por el aumento de su salario. ¿Y sabés qué? El dinero que el proletariado reclama es aquel que va a parar en carteles como "Salvemos a la cachalote" o "Paremos con el maltrato a las focas". Y hay algo más peculiar todavía, un ecologista es por lo general un padre abusador, violento y alcohólico que necesita imperiosamente una causa noble y socialmente aceptada (el amor a la naturaleza) para mantener intacta su autoestima moral.


¿Por qué los ecologistas fuman y tienen auto? ¿No deberían evitar la exhalación de humo si aman más el aire que a sus madres?

Vale decir (lanza una bocanada) que un ecologista es una persona enferma psíquica, intelectual, física y espiritualmente. Su escala de valores es un puzzle de 234 piezas dispersas en una juguetería de tres pisos. No hay que asombrarse si los vemos comerse un churrasco mientras hablan del cariño que sienten por los animales vertebrados o usando espirales para intoxicar mosquitos cuando tienen puesta una remera de Greenpeace. Un ecologista es alguien que necesita de nuestra ayuda.


El Siestero de Rafaela, 24 de Marzo de 2009


martes, 26 de octubre de 2010

Dale que estamos en Barcelona


"Reíte hija de puta, pero si volvés a filmar con ese judío pederasta te hago una traqueotomía con un tramontina oxidado"

Los personajes de Woody Allen son cultísimos. Pintan como Miró o Pollock, leen a Bretch o a Heidegger, se pasan discos de Webern y de Kodály, sacan fotografías en blanco y negro, discuten sobre procesualismo, y vaya a saber uno todo lo que hacen cuando no los están filmando. Eso está bastante bien, lo que resulta un verdadero insulto a la inteligencia es que personajes interpretados por Scarlett Johansson o Jonathan Rhys Meyers lo hagan.

En su última película, Allen vuelve a insultarnos, pero esta vez con más saña. A ese universo en el que el kiosquero te recomienda la mejor versión de La Flauta Mágica jamás grabada, se le añade otro: el de Pedro Almodóvar. A esto le sumamos requechos malolientes de Closer y cartón lleno, no hay que pensarlo mucho… Allen + Almodóvar + Closer = Bosta. Si un híbrido tiene más posibilidad de ser vomitivo que cualquier otro producto, éste tiene la arcada asegurada.

Vicky Cristina Barcelona es una de esas películas donde los personajes ríen, pasean, cogen, se enchastran con pintura, revelan fotos, se encuentran a sí mismos y uno se pregunta en qué parte del cuerpo les dispararía.

El argumento es el siguiente: gallego de moda propone trío a dos yanquis lindas y pelotudas para poder olvidarse de una ex suicida (una gallega pelotuda) lo que deviene en un sinfín de desopilantes espisodios. Perdón, eso último no.

Mal actuada, horrendamente musicalizada y filmada de taquito, este Bodrio (sí, así, con mayúsculas) se queda en las meras promesas. Resulta una picana en los huevos que en una película con una premisa explícitamente sexual tengamos que soportar los gritos de Penélope Cruz sin poder verle sus tetas, cuando parece no tener ningún problema en mostrarlas cada vez que le asoman un cheque. Y eso no es nada. Allen arruina el único momento que parecía ser medianamente interesante: la pareja de una de las yanquis pelotudas comienza a contar un chiste, escuchamos gran parte del mismo… salvo el remate. Oh, delirios del cine arte.
Es tan artístico este sorete que no pertenece a ningún género. No es comedia porque no causa gracia. No es drama porque lo que “les pasa” a los personajes nos importa tanto como el precio de los plaguicidas. No es erótica porque no vemos un mísero pezón ni una puta raja de culo.

Vicky Cristina Barcelona
(título estúpido si los hay) es un bodoque fecal cuya única finalidad en el mundo parece ser ocupar una estantería más en el videoclub. O quizás sirva para confirmar nuestras peores sospechas: que las minas que están buenas no saben actuar y que un ménage à trois puede ser aburridísimo. O para que tengan tema de conversación esos pelotudos intergalácticos con zapatillas amarillas en bares donde hay cubos blancos en lugar de sillas.


Próximo proyecto de Woody Allen: Una ameba retraída descubre que tiene un talento innato para tocar el fagot pero su familia se opone a su sueño de pertenecer a la Sinfónica de Londres. Con las voces de Jeff Goldblum y Asia Argento.



El Siestero de Rafaela, 8 de Marzo de 2009

jueves, 21 de octubre de 2010

Entrevista al sociólogo Leoncio Díaz Naranjo

"EL IMPACTO DE LOST ES PURAMENTE ONOMATOPÉYICO"



Antes que nada, un millón de gracias por concederme esta entrevista, Leoncio.

De nada. Cerrame un cacho la puerta que entra un resplandor tremendo. Sentate en el puff amarillo. Ya te traigo jugo de arándano.


Bien Maestro, le tenía que hacer unas preguntas sobre ciertos fenómenos recientes que seguramente ha estado estudiando. Comencemos con Manu Chao... ¿Cómo explica usted el esplendor, apogeo, permanencia y sobredimensionamiento de este músico?

Es complejo. Mirá, desde el boom de los productos light, hace como treinta años, se ha producido un desequilibro alimenticio de la gran siete. Existen ciertas grasas que son esenciales para que el organismo funcione como un todo. La carencia de estas grasas devienen en una pérdida parcial del espectro auditivo, es decir, se aprecian sólo algunas notas (por lo general las más estridentes) y no se realiza un discernimiento tímbrico (el que nos permite disfrutar delicias como Adagio de Barber o Neptuno de Holst). De esta manera, el oyente no distingue una viola da gamba de un cello. Una cosa de no creer. Pero está pasando mientras estoy hablando.


Ahá, o sea que el mal gusto no es algo que uno vaya edificando con el tiempo sino una condición biológica...

No lo podrías haber dicho mejor.


Otro tema. La serie Lost. ¿Por qué lo miran a uno como a un ornitorrinco en triciclo cuando dice no haber visto ni un sólo capítulo de la misma?

Es uno de los caso más extraños a los que me he enfrentado como sociólogo. Y lo más curioso de todo esto es que su público se crió viendo cosas como Alf y Los Benvenuto. Se trata de un impacto puramente onomatopéyico. Escuchá: "LOST", suena como un latigazo contra un piso mojado. Y son cuatro letras como JAWS, una fórmula hartamente visitada para convocar al éxito. El resto, poco importa. La jauría necesita algo que la una, como el huevo une los bizcochuelos de vainilla. Los que ven Lost sólo lo ven para hablar de Lost, se trata de un extraño caso de disfrute a posteriori... como fornicar y tener el orgasmo al otro día, cuando le contás a algún amiguito que fornicaste.


¿Qué me dice de la serie Carnivale?

Es lo que llamo un infra-fenómeno. Los que difunden este material serán los primeros en olvidarlo dentro de cuatro años, creeme.


Estoy pasmado, ahora me da miedo salir a la calle.

Y lo bien que hacés, porque se vienen tejiendo miles de manías que no encuentran explicación en las ciencias convencionales. ¿Cómo explicás que haya hogares donde exista más de un disco de Andrés Calamaro? ¿Con psicología? ¿Con astrofísica? ¿Con frenología? No, querido. Esto va mucho más allá, es un red invisible que se extiende, nos rodea y nos penetra. Ahora disculpame, me voy a ver el último capítulo de 24.


El Siestero de Rafaela , 27 de febrero de 2009


domingo, 17 de octubre de 2010

Muere hijo de Gerard Depardieu

El lunes a la noche la tragedia visitó al afamado actor francés de nariz bicéfala.

"Entré a la habitación de mi hijo para hurtarle parte de sus ahorros.
Siempre los guardaba en una réplica tamaño natural del Obélix que interpreté en le grand écran" comentó el obeso artista galo. Al principio no notó
nada raro, el habitual olor a encierro se fundía con el esporádico perfume barato de mujer (al hijo de Gerard Depardieu le gustaba follar con inmigrantes árabes ilegales de trece años).
Luego de acostumbrarse a la penumbra, notó que la turquita de turno estaba aplastada por 84 kilos de pura aristocracia francesa. "No pude mover al pibe por nada del mundo, le hice consquillas en la zona dorsal con una plumita que usaba para sus juegos eróticos y ni así. Me di cuenta entonces que había perdido uno de mis 19 hijos, quizás el más querido" añadió un cabizbajo Depardieu. Las causas del fallecimiento no están esclarecidas del todo, las hipótesis apuntan al uso de sustancias ilegales, y también de droga.

El cadáver de la potencial terrorista preadolescente es un capítulo aparte de esta novela noir. Laetitia Casta (vecina de los Depardieu) le aseguró a este medio haber visto una bolsa de consorcio sospechosamente antropomórfica en un tacho de basura comunal y procedió a llamar a la Sureté en el acto. Depardieu minimizó los hechos: "Me hicieron una multa de 32 euros por haber tirado el cuerpo de la niña en el tacho que decía claramente: SÓLO PAPEL, y bueh, cosas que pasan." concluyó la estrella excedida de peso.


Hijo de Gerard Depardieu. Está muerto.



El Siestero de Rafaela , 12 de octubre de 2008


lunes, 11 de octubre de 2010

El Marajá de San Telmo

Son contadas las obras que nos llaman a ser visitadas varias veces. Uno de estos gloriosos casos es la inigualable sinfonía de la lucidez cinematográfica escrita y dirigida por Fabricio Baltasar Iglesias: Le Maharaha de Saint Elme, le cabreau mistérieux et la petite jolie fille conocida por estos lares como El Marajá de San Telmo.


María Pía Scavarda, protagonista del film. Influyó radicalmente en la indumentaria para-ir-a-misa de la época.


¿Existe alguien que no conozca la historia de Eliana y su cuñado misterioso vagando por las calles de San Telmo en busca del gángster de origen hindú Rafaello Savardiathan conocido como el Marajá para implorarle que le perdone la vida al prometido de la primera y hermano del segundo a cambio de la virginidad de la primera y la colección de trajes Armani del segundo ya que el prometido de la primera y hermano del segundo no pagó una apuesta de póker en tiempo y forma?

Lo dudo.

El primer y último film de Fabricio Iglesias, El Marajá de San Telmo (1964) rompió con algunos dogmas cinematográficos. Esta coproducción Franco-Hispano-Argentina era una oda a la avant garde: la última hora del largometraje no tenía diálogos, el vestuario era de los mismos intérpretes, no había una sola escena en interiores y constaba únicamente de tres tomas-secuencia de cuarenta minutos cada una.



Nicolás Zunino. Brilló como el cuñado misterioso.

Recuerda Iglesias en una entrevista de la TV5: "La película fue un furor en Francia porque tenía ese dejo de nouvelle vague que a ellos tanto les cabía. La crítica me veía como El hombre que renovó le nouveau cinéma, tuvieron que rebautizar la movida como le nouveau-nouveau cinéma. Lo que ellos no sabían era que yo contaba con muy poco dinero en la producción y tuve que improvisar sobre la marcha. Por empezar, no teníamos un editor, así que tuve que reducir el guión a tres tomas largas. Cuando comencé a rodar, mi hermana (Filomena Iglesias) falleció, ella iba a ser la encargada del vestuario. Y por último, tuve que sacrificar el sonido en directo del final ya que los equipos no andaban muy bien. Éramos jóvenes, qué querés".

Luego de su estreno, El Marajá de San Telmo corrió la misma suerte que la del cadáver de Eva Perón. Durante la última dictadura militar el general Jorge Rafael Videla secuestró todas las copias del film porque "mostraban una visión negativa de los juegos de azar". En 1983, con la vuelta de la democracia, el por entonces presidente Raúl Alfonsín las sacó a la luz, pero por tanto tiempo que los negativos se arruinaron un poco. Ulises Dumont, gran amigo de Iglesias, se encargó de restaurar el film y de distribuirlo de forma pirata en vhs.

Ninguna videocasetera detectó las copias truchas.


La archi-conocida escena de los mirones (El mirón de la derecha es Héctor Alterio. El de camisa blanca es Jean Paul Noher, tío de Jean Pierre)



El Siestero de Rafaela , 7 de enero de 2008